Trabajar en este proyecto me dio la oportunidad de crear el nombre de la marca. El emprendedor se acercó a mí con un proyecto en ciernes con el que planeaba distribuir productos de limpieza a empresas y particulares, pero sin una idea concreta sobre el nombre que debería tener su empresa.
Después de varios desvelos, de arrancarme los pelos y sentarme de cabeza en el sillón, inventé un neologismo: “Limpiástica” que proviene de la unión de la palabra "limpiar" y de la palabra "fantástica” con lo que pretendo expresar que estos productos limpian de manera fantástica.
En el logo busqué que tuviera rasgos y asociaciones a las marcas de productos de limpieza que existen actualmente en el mercado pero al mismo tiempo que fuera lo suficientemente diferente para ser una marca original, espero haberlo logrado…
En este proyecto me di un lujito; logré meter un “mensaje subliminal” en el logo, en la siguiente imagen lo explico.
